EL PODER DE LA MENTE

Un grupo de científicos de la Universidad Carnegie Mellon ha descubierto que ante el deseo de comer chocolate y dulces, la acción de imaginarse tomando grandes cantidades de estos productos puede ser suficiente para calmar el apetito, según publica la revista Science.

Los investigadores han comprobado que si uno se imagina un bombón de chocolate o un trozo de queso y se visualiza degustando cada bocado, masticando y tragando, normalmente come menos cuando, a continuación, le ofrecen el alimento real. El efecto se explica por el fenómeno de la habituación, que hace que mientras para la mayoría de la gente el primer bocado de cada comida es el mejor, a medida que seguimos ingiriendo el alimento cada bocado resulta menos atrayente que el anterior. La doctora Carey Morewedge y sus colegas han comprobado que la imaginación puede ser suficiente para que una persona se habitúe a los alimentos y, por tanto, para que a la hora de consumirlos de verdad ya no despierten el mismo interés. Una estrategia interesante a tener en cuenta para aquellos que intentan perder peso.

“Hasta cierto punto, la mera imaginación de una experiencia es un sustituto de la experiencia real. La diferencia entre imaginar y experimentar puede ser más pequeña de lo que se suponía”.

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